lunes, 15 de diciembre de 2014

25 años de docencia... 3 meses de aprendizaje

Antes de seguir contando lo que estamos haciendo, necesito echar la vista atrás y reconocer, como se suele decir, el "daño causado" a lo largo de mi carrera profesional.

Desde que a primeros de mayo de 2014 participé en el Seminario sobre Participación, Autogestión y Desempoderamiento (aquí el post de entonces) o quizá desde unos meses antes, en marzo de 2014 en una conversación-paseo nocturno con Javier Encina... o tal vez diciembre de 2013... no estoy muy segura en realidad... tal vez desde una conversación nocturna con @eraser hace unos cuatro años en mi casa... la cuestión es que he pasado de una fase de incomprensión y asombro, a otra de rechazo, después vino el miedo, le siguió la angustia... y ya en la fase de dolor, creo que ya basta, es hora de admitir que he pasado 25 años de docencia creyendo que estaba transformando las formas de aprendizaje cuando, como se dice en política, solo estaba promoviendo una perspectiva socialdemócrata y reformista.

Porque no me he dedicado solo a enseñar, sino que además he caído en la divulgación y la formación de profesorado en metodologías docentes y, por tanto, he reforzado una forma de hacer que me llevaba continuamente por un camino que se suponía que no quería recorrer... y además he animado a gente a que siguiera este camino.

Vaya este post, pues, no como autoflajelo de "por mi culpa" ni para convencer a nadie ni criticar, sino para ver si me ayuda a dejar de quejarme de que no sé cómo trabajar de esta nueva forma y soltarme a disfrutar de vivencias bonitas, alegres y profundas que comparto estos últimos meses.

Y es que es muy duro admitir que he pasado 25 años reformando en lugar de liberando y transformando... y ayudando a la consolidación del sistema capitalista, entendiendo el capitalismo en sentido económico y también social y humano.

PRIMERA ETAPA PROFESIONAL: ENSEÑANZA DE EUSKERA A ADULTOS (1991-2007)

Empecé a dar clases allá por 1987, clases particulares de lo que tocara, y poco a poco fui trabajando con grupos de personas de diversas edades (niños y adultos) en la enseñanza del euskera. A partir de 1991 ya empecé a trabajar con contrato y específicamente con personas mayores de 16 años. En 1996 publiqué junto a mi hermano (mi jefe entonces) el libro "Euskararen Erabileran Murgiltzen", un manual o libro de trabajo que tenía una visión creo que novedosa sobre cómo desarrollar la competencia lingüística en niveles altos trabajando la textualidad a nivel micro (en otro libro se trabajaba a nivel macro). Este libro representa la tecnificación de la escritura... que ahora entiendo que era la subsumisión de la comunicación y el pensamiento al manejo de estructuras y formas gramaticales. Jugábamos con los textos y con la expresión lingüística como si pudiera alejarse de la propia comunicación o como si toda comunicación fuera reglable o representable.

No quiero decir que trabajáramos el estructuralismo en sentido chomskiano, pero que bajo una metodología del enfoque comunicativo (enseñanza por tareas comunicativas), al final se trataba de que había unas formas correctas de representación de la comunicación y otras incorrectas por desordenadas, equívocas o "simples". La forma en la que trabajábamos la comunicación nos erigía en jueces o policías comunicativos. Estructuralismo, vamos, aunque con piel de oveja.

Más tarde, como estaba claro que la comunicación informal quedaba relegada a un segundo... tercer... cuarto plano (muchas veces en relación a aprender expresiones populares, refranes o formas del hitano), estuve desarrollando un proyecto apoyado en unos vídeos de conversaciones tipo teleserie (por aquel entonces Goenkale llevaba poco tiempo y no teníamos muchos medios para grabar y editar vídeos...) que grabaron algunos autores para un material didáctico que apenas nadie había utilizado (Izurungoak) y lo utilicé de base para crear una simulación global en la que todo el curso era una teleserie de personajes que iban evolucionando según nos los íbamos inventando, algo muy divertido y que hacía que cada clase fuera única.

Desgraciadamente, después vino una solicitud de creación de materiales didácticos con esa idea y al final salió esto (que está público en red aunque veo que no aparece la autoría por ninguna parte... ainsssss... casi mejor...).

El negro camino de la creación de los materiales didácticos... Crear materiales prefabricados es una labor inútil, ineficaz y cara. Con "prefabricados" me refiero a que marquen, señalen un camino o una secuencia de cómo debe ir la clase, cualquier cosa que se asemeje a una unidad didáctica... crearlos genera una ansiedad terrible en busca de la propuesta perfecta... y están muertos antes de que los acabes.

En estos años de enseñanza de adultos, con estudiantes de entre 16 y 86 años, he trabajado también mucho con jubilados, he dado clase a abuelas de mis amigos, a mi propia madre, a amigos y amigas, hemos organizado fiestas, nos hemos ido de bares y de cenas, salíamos de cerveceo cuando acabábamos la clase a las 22:00 o de vermús después de las 5 horas de clase del sábado... quiero decir que el hecho de que los estudiantes estén a gusto, que hubiera gente que se apuntara en nuestro centro porque quería que yo les diera clase, que sintieran una relación cercana entre estudiantes y con los profesores... no quiere decir que estuviéramos trabajando bien.

Esto es algo que me ha costado mucho entender, porque la percepción de "ser una buena profe" me ha dificultado soltar estas metodologías estructuralistas, este pensamiento vertical sobre "el bien y el mal" y este afán de control del proceso de aprendizaje. De hecho, aún no las he acabado de soltar, aunque cada vez lo entiendo mejor.

A lo largo de estos primeros años de docencia, desarrollé la capacidad de la "docencia eficiente", de ayudar a que los estudiantes aprendan lo más rápidamente posible aquello que se pretende que aprendan. Aprendí mucho sobre didáctica de la lengua, formas de evaluación formativa, desarrollo curriculuar, programación, diseño... cuanto más sabía de didáctica, más tecnificaba, más vertical era la docencia... creyendo que no era así... pero pasaba por encima de los ritmos naturales y me fui alejando de las formas de relación para centrarnos en los contenidos. Los estudiantes se sentían satisfechos porque aprendían rápido y yo porque conseguía enseñar rápido... pero ya dejamos de ir de bares o de sidrerías, ya no hubo más vermús los sábados y no volvimos a salir de juerga. La eficiencia nos llevó a la asepsia. Nos hicimos "profesionales".

SEGUNDA ETAPA PROFESIONAL: LA UNIVERSIDAD, LAS TIC Y EL PBL (2004-2014)

Allá por 2004, un poco de casualidad y en parte por cuestiones familiares y personales, me presenté a una sustitución parcial en el Departamento de Didáctica y Organización Escolar, que compatibilicé con mi trabajo de profesora de euskera hasta 2007, cuando comencé ya a trabajar a jornada completa en el Departamento de Didáctica de la Lengua y de la Literatura, primero en Vitoria-Gasteiz y luego en Donostia.

El azar quiso que me cruzara con quien se liberaba de horas de clase para ser coordinador de formación en TIC de la universidad, y en una especie de carambola, conocí a la gente que andaba trasteando con la plataforma piloto moodle de la UPV/EHU en Ingenieros. Para 2005 ya trabajaba en formación de profesorado en el uso de moodle, y después en el uso didáctico de plataformas, principalmente en relación a la comunicación virtual y la tutorización online. En esto nos pasó algo parecido: comenzamos formando con ilusión, por compartir nuestras experiencias con otros docentes... y luego había que formar a más y más gente, y ser más rápidos y eficientes... creamos una red de docentes formadores (Red iKide) que, a pesar de la sobrecarga de trabajo, seguía siendo colaborativa y alegre.

Todo esto se cruzó con guerras internas sobre quién tenía el poder en torno a las plataformas y la formación en su uso... unas guerras bastante absurdas... y primero fuimos piratas, luego corsarios... según quién tomaba el timón en cada momento, trabajábamos en favor de la institución o en contra. Y finalmente, resultó que ya ni piratas ni corsarios. Nos convertimos en estructura universitaria, antes de darnos cuenta.

Esto nos llevó a que, cuando la universidad decidió cambiar la formación docente, hacer un gran plan de formación (EHUNDU), pasamos de ser formadores TIC a formar en metodologías activas. Los docentes de nuestra red de formación (casi todos) pasamos en 2010 a ser tutores en Aprendizaje Basado en Proyectos en el Programa ERAGIN cuando no sabíamos mucho del asunto. Nos fuimos formando entre nosotros y viajando a Canadá, Dinamarca, Holanda y California (en mi caso), propusimos formas de tutorización en la que colaborábamos de forma continuada para seguir aprendiendo y apoyándonos.

Esta forma de trabajo se fue apagando con la carga de trabajo y la falta de atención institucional, que ya no se preocupó más de ayudarnos a formarnos pero sí, en cambio, de sacar artículos de investigación sobre nuestras buenas prácticas formativas... sin contar con nosotros. O sea, nuestro trabajo no tenía reconocimiento. Pero eso, en realidad, fue una suerte, porque pude comprender mejor cómo funcionaba la universidad, que creía que no me estaba afectando porque estaba tan metida que ni lo notaba.

Pensaba que era una buena idea colaborar por una universidad mejor, y también por una educación mejor. Me impliqué en las redes sociales para promover el desarrollo del aprendizaje basado en proyectos, el uso de TIC en el aula, los proyectos colaborativos, el e-learning... Me empezaron a conocer en las redes, me seguían en Twitter, me invitaban a dar charlas y cursos, iba a congresos y saraos educativos, incluso he colaborado con la Fundación Telefónica en el diseño de un proyecto que, aparentemente, no salió pero que quedó aquí y allá en otros lugares. Organicé eventos, encuentros y jornadas, todo para ayudar a que la universidad y en general la educación fuera mejor. Y no me estaba dando cuenta de que estaba trabajando para que pareciera que las cosas estaban cambiando y así no cambiar nada. Estaba dentro de la estructura de poder y además, haciendo muy bien mi trabajo. Desgraciadamente, soy una persona muy eficiente.

Promoví el desarrollo del Aprendizaje Basado en Proyectos a nivel estatal, en todos los niveles educativos. Esta metodología ha sido muy rápidamente difundida, algo muy sospechoso, ya que la educación es uno de esos ámbitos raramente cambiantes... Y claro, es que el PBL se ajusta perfectamente al sistema capitalista postmoderno: trabajo en equipo, trabajo cooperativo, disciplina, liderazgo, mejora continua, gestión basada en las personas... toyotismo... O sea, aplicar la metodología de las empresas modernas actuales en las escuelas, y así formar a los educandos para ser trabajadores eficientes, implicados con la empresa, centrados en los objetivos de producción...

O sea, en este tiempo, he señalado el camino a la gente que ostenta el poder para que pudiera asimilar cualquier movimiento y darle la forma adecuada para mejorar la eficiencia y aportar "valor añadido" a la cadena económica. Incluso en mis asignaturas universitarias, he colaborado con la integración rápida de los estudiantes en el mundo universitario, es decir, en ser asimilados por el sistema y que lo vivan como algo exitoso. Incluso me ofrecieron un pequeño cargo universitario, y si llego a seguir como hasta ahora, es muy posible que dirigiera algún grupo universitario de investigación para validar la calidad del sistema docente y formativo. Como se dice, lo tenía todo en bandeja para pasar de ser clase precaria a ser "casta".


FRENTE A 25 AÑOS DE SOCIALDEMOCRACIA Y DOCENCIA REFORMISTA...

Sin buscar, encontré. Nos encontramos. Y todo cambió... aunque no de repente, pero sí desperté y comprendí. Y dolió. Mucho. Pero empecé a trabajar de otra forma, no sin resistirme, porque me costaba mucho aceptar que lo que había hecho los 25 años anteriores no era lo que quería haber hecho. Pero a pesar de mi resistencia, empezaron a pasar cosas bonitas, profundas, coloridas, ricas.

Cuando tuve la oportunidad de proponer un proyecto de investigación, después de haber participado en proyectos de otros, mi propuesta fue el Proyecto Ikaskidetza de creación de una red de aprendizaje informal. Este proyecto representa, creo, bien el enfoque socialdemócrata que tenía del aprendizaje, y en lugar de facilitar y dinamizar el aprendizaje informal, apliqué (aplicamos) los parámetros formales a lo informal y, por tanto, en lugar de promover el aprendizaje informal estábamos dificultando y limitando que sucedieran aprendizajes informales, al dar valor a lo prediseñado y programado frente a lo que surge. Estábamos formalizando lo informal, que es como si condujéramos a los niños que juegan en la plaza y los metiéramos en el colegio, en lugar de salir nosotras a la plaza. Tomamos espacios y tiempos para convertirlos en territorios y horarios con dueños, profesores, programas, objetivos y criterios de evaluación.

Pero no lo vi hasta el Seminario sobre Participación, Autogestión y Desempoderamiento... bueno concretamente en la reunión previa de asesoramiento del proyecto con Javier Encina y Juan José Calderón. Javi lo vio enseguida y nos quedó claro que había que cerrar el proyecto. Por muy exitoso, vistoso y atractivo que resultara, por mucho que nos felicitaran... estábamos proponiendo acciones de aprendizaje POR y PARA la gente e institucionalizando el tiempo libre. Estábamos haciendo las cosas al revés, o sea, muy bien para el sistema actual: incrementando el control sobre el tiempo de ocio.

A partir de entonces, fui abriendo los ojos. Hablando con la investigadora principal de mi (ya ex) grupo de investigación en docencia universitaria, me explicaba que el objetivo era que los estudiantes se implicaran más en sus estudios y que participaran, fueran activos. Le pregunté: "activos e implicados... ¿quiere decir que si proponen hacer cosas que no vayan acordes con las líneas de la institución, se les permitirá hacerlo?" y claro, la respuesta fue que los estudiantes "no pueden saber lo que necesitan hacer". Eso me suena a que el ayuntamiento del pueblo haga un referendum para decidir qué farolas poner pero en las cuestiones importantes la participación sea solo consultiva, controlada y no vinculante. O sea, que queremos que los estudiantes sean activos para que hagan lo que nosotros queremos que hagan y solo lo que nosotros queremos... y yo no quiero seguir contribuyendo a esta trampa.


Entonces... sabiendo ya que no quería trabajar así... ¿qué podía hacer? Había quedado en contradicción total sin saber qué hacer...


3 MESES DE APRENDIZAJE Y TRANSFORMACIÓN

Con mucho miedo y mil dudas, comencé a trabajar acompañada continuamente por Javier Encina (¡menos mal!) en la Escuela Universitaria de Magisterio de Donostia, en los cursos de primero, tercero y cuarto, de formas diferentes y en todas ellas propusimos "hacer lo que queramos hacer", con variantes (que son las que estoy contando en este blog en otras entradas), comenzando por los principios del Ilusionismo Social (principios en minúscula, porque son formas de empezar):
  • Negociación inicial
  • De objeto a sujeto colectivo
  • De lo simple a lo complejo y de lo complejo a lo sencillo
  • De las técnicas precocinadas a las técnicas y herramientas caseras
  • De las culturas populares como ignorancia a las culturas populares como inspiración
  • De la comunicación única (de masas y oficial), a unas comunicaciones populares y alternativas
  • De la falta de ética a la ética de la comprensión
  • De los objetivos para todo a la falta de objetivos a priori

Fuente:
Encina, Javier y otros (2010). Participando con y desde la gente.
Colección "Autogestión de la vida cotidiana"
Sevilla (Andalucía): Colectivo de Ilusionistas Sociales, UNILCO-espacio nómada

Trabajar sin objetivos a priori ha sido lo más difícil. Pasar del control, el diseño y la programación a trabajar con y desde los estudiantes supone saber cómo se empieza pero no lo que va a pasar. No quiere decir que valga cualquier cosa, sino que se va trabajando la complejidad y la profundidad, la participación y la construcción colectiva. También quiere decir que no hay un final, o que no hay que ofrecer conclusiones para que lleguen a donde tú quieres que lleguen (manipulando los debates para al final controlar lo que tienen que aprender), sino abrir y dejar que pasen cosas, ayudar a esa construcción colectiva rompiendo con el individualismo imperante (en el que me incluyo) y trabajando juntos.

Trabajando así, me he quedado bloqueada en algunos momentos, perdida en otros... me ha costado mucho entender que estaba haciendo bien mi trabajo aunque fuera novatilla trabajando de esta manera, pero sobre todo me ha costado entender que necesitaba ayuda, que no podía sola, y también que no estaba sola, no solo porque Javi estaba ayudándome todo el rato, sino también porque al trabajar colectivamente, no hay una dualidad docente-estudiantes y por tanto, no estás nunca sola. Al contrario de otras formas más individualistas de docencia, ya que aun trabajando en equipo docente, sigues quedándote "sola en el aula frente a tus estudiantes", trabajando así estás siempre con los estudiantes, por lo que no estás nunca sola. Entender esto ha sido muy importante para mí, y la verdad es que ha habido muchos momentos en los que los estudiantes me han ayudado a sentirme así, aunque a veces no me daba cuenta. Me ha costado bastante soltar las riendas, desempoderarme y dejar que las cosas ocurran.

Y la verdad es que puedo asegurar que nunca, NUNCA en los anteriores 25 años había aprendido y ayudado a aprender TANTO como en los últimos 3 meses. Nunca había aprendido tanto de educación, de aprendizaje, de participación, de individualismo y colectivismo, de didáctica, de docencia, de dinamización, de relaciones humanas, de comunicación, de tecnología, de sentir, de crear, de imaginar... Las clases no suceden necesariamente en el aula, y ahora tienen colores, música, movimiento, voz, alegría... a veces también frustración, debate y tensión, mucho disenso y al mismo tiempo, mucha colaboración y ayuda mutua.

Me falta mucho por aprender, nadie nace sabiendo (salvo Lola Flores, como diría Javi). Pero tengo claro que ya no voy a trabajar con metodologías ni programas y que la ética va a ser primordial en cualquier decisión que tome. No más PBL, ni desarrollo de competencias, ni trabajo en equipo, ni medición de resultados, ni eficiencia. Voy a seguir aprendiendo para que el tiempo de mis clases se parezca lo más posible a la riqueza de la vida, mediante simulacros, flexibilizando estructuras y conectando el sentir, el pensar y el hacer, hacia la autogestión colectiva.

PD: Por comentarios que me habéis hecho, voy a añadir una idea sobre lo que me ha pasado en este tiempo.

Hay una gran diferencia que no he explicado entre lo que he hecho durante 25 años y lo de los últimos meses, aunque pueda parecer que es solo un cambio metodológico. La gran diferencia es que hasta ahora, aunque he sido siempre una docente implicada y comprometida, había una separación entre "lo que era yo" y "mi rol profesional", por lo que siempre he sentido entusiasmo, pasión por mi trabajo, ganas de hacerlo mejor... pero había una brecha entre mi trabajo y yo (se supone que es eso "ser profesional", ¿no?). Ahora, en cambio, todo está conectado (cada vez más) y por eso, no se trata de una u otra metodología, sino de cómo vivo la docencia y que mi trabajo es parte de mis sentires y no es solo un hacer y un pensar. Por eso también me resulta muy doloroso a veces, muy alegre otras... ha dejado de ser mi experiencia docente para ser mi experiencia vital.

No sé si me explico así... pero no hay "diferentes etapas" en este post, sino un antes y un después, y es por eso que no puede tener una vuelta atrás, porque la vida así tiene una intensidad, una profundidad y una riqueza muchísimo mayor.



No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

18 comentarios:

  1. Nunca se me olvidará el momento en que , en Novadors de xativa, dijiste algo así como que "En las clases hay que estar dispuesto a soportar un cierto estado de caos permanente" Me gustó porque me identifiqué.

    Me alegra que , después del recorrido, estés todavía en el recorrido y cada vez más alegre. Yo, por mi parte, no se dónde estoy. No he recorrido el PBL, no he llegado a atreverme. En mis clases no se cogen apuntes, se parece a lo del aprendizaje dialógico, si supiera lo que es el aprendizaje dialógico. En fin, que tampoco saco mucho los pies del tiesto... Un placer conocerte.

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    1. Qué bien, Pedro, ¡gracias por el comentario! Creo que le damos mucha importancia a cómo llamar lo que hacemos, si la forma en la que trabajáis os ayuda a desarrollar vuestras relaciones más allá de los contenidos, os ayuda a construir conocimiento juntos... no creo que necesites saber cómo se llama ;-) Un abrazo!!!

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  2. tendría que escribir un librico maeztra para contestarle ... pero nos tomaremos una birrita en Zeviya CalYFlato IndePendiente ☆ EZLN ✞ @UTSAnaDna

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    1. tanto libro tanto libro... maeztro, pongámonos manos a la obra, que hay mucha tarea ;-) birrita en enero en Zeviya sin falta por supuesto!!!

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  3. Ainhoa:
    Llevo 16 años en docencia.
    Dentro de 9 quedamos aquí. Espérame!!
    Muxuk!!

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    1. Aupa Jabi!!! Lan ederrak egiten dituzu, hacéis un gran trabajo, cuando quieras, claro que sí, besarkada bat!!!

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  4. Lo siento, pero lo divulgo. Gracias por este ejercicio de ética. También me gustaría compartir un birra o un zurito.

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    1. ¡Gracias Jaume! Seguro que nos encontraremos en un sitio o en otro ;-)

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  5. Te has dejado fascinar por una nueva idea, nada más. Nunca hubo camino, ni ahora que lo ves tan claro.

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    1. Hola anónimo: como dije, no escribo para convencer a nadie de nada sino por una cuestión de honestidad conmigo misma y con los demás. Dejar de seguir un camino es algo que me ha costado mucho, no me he fascinado ni me he dejado fascinar. Tal vez sea difícil contar en un post tantas vivencias...

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  6. ¡Grande! :) Escribes poco pero cuando escribes lo bordas, llegas y haces pensar. Ojalá sólo fuera una cuarta parte de lo que tienes en ese coco "cabecita loca" :¬) Un saludo desde Madrid

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    1. ¡Un abrazo! Muchas gracias por el comentario, ojalá tuviera un coco menos duro y algo más de locura jeje En una de estas hago paradita por Madrid para una charla larga, besos!!!

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  7. Centrar la educación en quien aprende, en sus deseos. Respetados, pero también ayudando a que descubra los valores que portan. No siendo neutral en esos valores, sino aportando más peso a unos que a otros, por ética. Y ayudar a descubrir nuevos deseos y a cerrar otros...

    Desearía no haber aprendido nunca que eso es educar. Desearía ser normal. Divulgar y punto. Pero ya no hay vuelta atrás cuando se descubre lo que es ser docente... ;) Ojalá fuera una moda o una fascinación. Pero no. Es una ética y un modo de vivir.

    Mi principal herramienta para lograr que esos deseos se conviertan en realidades de aula está siendo la evaluación. Es mi alumnado el que pone sus notas. Y luego las convertimos en realidad. Las usamos como guía. Las notas pasan de ser objetivos a ser principios. Nos dicen quiénes somos y qué queremos. A partir de ahí, construímos. Nos hemos apropiado de lo más valioso del sistema para el sistema, la calificación (clasificar a la gente) y le hemos dado otro significado. A partir de ahí, el sistema se diluye como un azucarillo. Es muy divertido verlo desmoronarse... :)

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    1. ¡Qué bien, José Luis! Para mí la evaluación sigue siendo problemática pero poco a poco vamos reformulándola de alguna manera... porque al fin y al cabo seguimos teniendo que calificar. Me parece muy valioso lo que dices de diluir la evaluación, nosotros vamos buscando lo colectivo, la construcción colectiva y la ética en la participación, y que los procesos de evaluación nos ayuden como excusa para seguir construyendo y aprendiendo. En enero publicaré un post sobre las formas de evaluación y calificación que hemos utilizado este curso, seguiremos intercambiando ;-)

      ¡Mil gracias por tu comentario, lo aprecio mucho!

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  8. lo he leído a sorbitos, desde el título me preparé. solo diré gracias, gracias por el compromiso, seguimos! desde México ciudad monstruo un abrazo de compas!
    [video]https://www.youtube.com/watch?v=5zcfde3rYlw[/video]

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    1. Muchas gracias por tu comentario, en México también andan trabajando algunos ilusionistas sociales en Morelos ;-) Un abrazo!

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  9. Joé, muchas gracias por tus palabras al compartir tu experiencia, vital como bien dices. Me identifico en tu travesía, aunque estoy aún lejos de alcanzarte. Sigo dando tumbos tras 12 años de docencia, pero voy aclarando algunas cosas. Sobre todo eso que dices de que nunca estás solo si estás con tus alumnos y que la experiencia docente es una experiencia vital.
    Gracias de nuevo.

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  10. Muchas gracias a ti Oscar! Estoy disfrutando de esta forma de trabajar, me da mucha alegría y creo que el ambiente es mucho mejor, así se puede aprender mucho más y mejor! A ver si se tercia cervecita por Sevilla ;-)

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